Jose Agustin Diaz

Para mis apreciados lectores. Yo Jose Agustín Diaz nací en Maracaibo del Estado Zulia en Venezuela el 22-12-1949, hoy a la fecha tengo 7 hijos adultos, hombres y mujeres. Desde temprana edad me gustó construir, reparar, inventar, no estudie, mi afición por el sexo opuesto desvió mi atención por los estudios. Solo soy bachiller, soy empírico de la vida, chofer de servicio pesado, mecanico automotriz, pintor, soldador y si hice algunos cursos esenciales para mi optimo desempeño. He llegado a ser el creador del vehículo venezolano “Cucuchi”. Aconteció allá por el año 1986 estando mi amada esposa embarazada y efectuado ya el ecograma correspondiente al embarazo se confirma la presencia de una preciosa niña en gestación. Fue tan inconmensurable mi alegría que se me ocurrió inmediatamente prepararle un regalo de bienvenida al mundo, el cual sería un automóvil artesanal hecho por mi para su uso exclusivo. Entraba el año 1987. Nace la niña mientras yo entusiasmado y altamente motivado ...

       La vida del automovilista Venezolano se ve cada vez mas comprometida dado el hacinamiento en las vías, solo contamos con la vialidad que hace mas de 40 anos se construyo específicamente para el parque automotor de la época cuando eramos 10 millones o un poco mas de habitantes.      Hay un atraso brutal en la construccion de infraestructura vial a todo nivel, llámese puentes, autopistas, distribuidores sencillos o a desnivel, vías alternas y otros que contribuyan a la fluidez en las vías, aunado a esto el deterioro exacerbado de la ya existente y el escaso mantenimiento a todos los niveles de gobierno y como si fuera poco las constantes colas y trancas producto de la anarquía en estaciones de servicio para gasolina y supermercados o grandes abastos de expendio de alimentos y hasta en ferreterías famosas en tiempos de ocupación u oferta de algun bien preciado y escaso incluidas las baterías para vehículos.      Tenemos la calidad de...

     Atendiendo mi necesidad de este momento de reflexionar y tomando en cuenta mi reflexión anterior de fecha reciente referida al titulo no valido.      La siguiente triste y dolorosa. Porque lo vivo día a día llegar a viejo en Venezuela en este fallido país donde el estado ni la república (que no la hay), no hay no existe nada preparado para las personas de la tercera edad en la postrimería de la vida cuando no hay, cuando urgen beneficios acordes para ayudar a sustentar la vida a estas personas que ya vivieron por la patria, cuando lo que hay es un irrespetuoso bono triste y famélico que para nada sirve a estos seres ancianos necesitados de asistencia general los cuales no tienen bienes de fortuna ni recursos para vivir lo poco o mucho que le falta para seguir en sobreviviencia.      No tienen edad para el trabajo, ni salud para el desempeño acorde, cuando las energías vitales ya no están, estas se han desvanecido, solo cuenta la familia ...

 "NO V Á LIDO"  Pensado y escrito con el corazón en la mano, el que guía mi lápiz.      Porque lo vivo dia a dia, porque lo sufro en mi humanidad, en carne propia. Dedicado a los jóvenes hijos y parientes que no voltean la mirada hacia atrás para ver a sus viejos. Están atrapados en la vorágine de la juventud -- divino tesoro -- , yo también la tuve y de igual manera me comporté, nadie entiende hasta que llega, son las reglas y se cumplen.      Lo que nunca supe: en el dialecto mecanico yo diría una vida sincrónica: 1ra, 2da, 3ra, el ser humano social se le ha dado por dividir la vida en etapas de 30 años, de manera pues que cumplidas dos de 30, viene la 3ra edad, generalmente la última. Triste y cruel advenimiento para muchos, somera felicidad para pocos.       Los que llegaron sin dinero, con sus energías vitales disminuidas, con enfermedades crónicas tales como diabetes, hipertensión arterial, entre otras. Con las ...

Me embarque en un largo viaje lleno de ilusión, amor y esperanza hacia un futuro de por vida llamado matrimonio, tome el expreso un bus nuevo y hasta pensé que bien conducido… dos conductores con iguales derechos y condiciones, creo que tome buenas previsiones al menos suficientes para llegar felices a destino; ultimo en mi agenda de vida. A medio camino o habiendo andado buena parte de él, este comenzó a presentar fallas según avanzaba y por momentos éramos ya cinco pasajeros, nosotros dos y tres que fueron embarcando según transcurría el viaje, llegó el momento y mas no quiso andar, nos bajamos, el sitio se tornó solitario, lúgubre podría decirse, emprendimos la retirada a pie, ha sido frustrante. Hoy a la fecha vengo andando el camino tortuoso, nuestras pertenencias parcialmente permanecen en una sola maleta, seguimos virtualmente juntos este camino hasta abrir esa maleta y repartir. No hay vuelta atrás, no hay regreso, no hay tiempo no hay salud ni condiciones, que triste, tamp...